Un rayo empieza a gestarse cuando las corrientes de aire caliente de las capas bajas de la atmósfera ascienden y alcanzan las nubes de agua situadas en capas más altas y más frías. Esto produce una fricción en las partículas de agua y de hielo que forman las nubes, causando la separación de las cargas positivas y negativas.
- (1) Aún no se sabe muy bien cómo, pero debido a esa fricción las partículas más pequeñas que componen las nubes se cargan positivamente y ascienden movidas por el viento a la parte superior. Por el contrario las cargas negativas se acumulan en partículas más grandes y pesadas que ocupan la parte baja de las nube y que están deseando ir a cualquier otro lado.
(2) Si la acumulación de cargas negativas en la base de la nube es lo suficientemente grande se produce una descarga de partículas negativas (no visible) que desciende desde la nube hacia la superfice de la tierra, que tiene carga positiva —también pueden “saltar” hacia otra zona de la misma nube o a distintas nubes, que es lo más habitual. La descarga descendente se abre paso zigzageando por el aire a más de 430.000 km por hora, buscando las zonas mejor conductoras.
(3) Cuando la descarga encuentra una estructura alta o se aproxima al suelo desde éste se produce una corriente de retorno de partículas positivas que en su viaje a través de la ruta abierta por el rayo, a casi la velocidad de la luz, producen el relámpago. Esta descarga eléctrica de vuelta es visible como un resplandor intenso y apenas dura un instante. En la mayoría de los casos la duración del relámpago es inferior al medio segundo y el tamaño medio menor de 5 cm de diámetro.
Una sola descarga puede alcanzar los 30 millones de voltios y 100.000 amperios. Una gran tormenta eléctrica “puede acumular más energía que la contenida en una bomba atómica”,
The Science of Lightning, Thunder and Thunderstorms.
(Fuente: Caen 100 rayos...)
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