David ByN
Desde la distancia, son pocas las estructuras geológicas discernibles sobre la superficie de nuestro planeta. Una de las más impresionantes bien pudiera ser el Gran Cañón del Colorado . Sin embargo, para tener una verdadera perspectiva de su significado, la justa comparación se encuentra fuera de la Tierra. Es Marte, con su increíble Valles Marineris, quien pone en su justo lugar al Gran Cañón.
Las dimensiones del Gran Cañón se nos antojan fuera de toda medida humana. Con una profundidad de 1.6 kilómetros, una anchura que varía entre los 6.4 y los 29 kilómetros, y una longitud de 349 kilómetros, para los afortunados que han podido contemplarlo desde los bordes, o han caminado por las orillas del lecho del río Colorado, probablemente la experiencia ha sido una de las más memorables de sus vidas. Los sedimentos multicolores que han sido excavados por la erosión del río nos permiten ver una historia del terreno, que empezó hace unos 2000 millones de años, pues esa es la edad de los estratos más antiguos.
No puedo preguntarme qué pensarían García López de Cárdenas y sus hombres, los primeros españoles que observaron el Cañón del Colorado desde la meseta, en 1540, aunque no pudieron descender. Tal vez experimentaran sentimientos similares a nosotros, que nos tenemos que conformar con disfrutar de las fotos de su análogo marciano, Valles Marineris, tomadas desde naves en órbita.
Valles Marineris es, probablemente, una falla tectónica formada durante el enfriamiento del planeta. Sus dimensiones nos dejan atónitos: 4,000 kilómetros de longitud, que cubren aproximadamente un quinto del diámetro de Marte. Su profundidad llega hasta los 8 kilómetros en algún punto, y su anchura llega a alcanzar los 200 kilómetros. Una comparación basta para darnos cuenta de su verdadera magnitud: su superficie es aproximadamente 50 veces mayor que la del Gran Cañón del Colorado, y si comparamos volúmenes el factor se incrementa a unos 300. Extraordinario, sobre todo si tenemos en cuanta que la superficie de la Tierra es unas 3.5 veces la de su hermanastro. De hecho, tal vez la justa comparación con el Valles Marineris se encuentre en los fondos de los océanos terrestres, en la separación entre las placas tectónicas, en las dorsales oceánicas.
Desde la distancia, son pocas las estructuras geológicas discernibles sobre la superficie de nuestro planeta. Una de las más impresionantes bien pudiera ser el Gran Cañón del Colorado . Sin embargo, para tener una verdadera perspectiva de su significado, la justa comparación se encuentra fuera de la Tierra. Es Marte, con su increíble Valles Marineris, quien pone en su justo lugar al Gran Cañón.
Las dimensiones del Gran Cañón se nos antojan fuera de toda medida humana. Con una profundidad de 1.6 kilómetros, una anchura que varía entre los 6.4 y los 29 kilómetros, y una longitud de 349 kilómetros, para los afortunados que han podido contemplarlo desde los bordes, o han caminado por las orillas del lecho del río Colorado, probablemente la experiencia ha sido una de las más memorables de sus vidas. Los sedimentos multicolores que han sido excavados por la erosión del río nos permiten ver una historia del terreno, que empezó hace unos 2000 millones de años, pues esa es la edad de los estratos más antiguos.
No puedo preguntarme qué pensarían García López de Cárdenas y sus hombres, los primeros españoles que observaron el Cañón del Colorado desde la meseta, en 1540, aunque no pudieron descender. Tal vez experimentaran sentimientos similares a nosotros, que nos tenemos que conformar con disfrutar de las fotos de su análogo marciano, Valles Marineris, tomadas desde naves en órbita.
Valles Marineris es, probablemente, una falla tectónica formada durante el enfriamiento del planeta. Sus dimensiones nos dejan atónitos: 4,000 kilómetros de longitud, que cubren aproximadamente un quinto del diámetro de Marte. Su profundidad llega hasta los 8 kilómetros en algún punto, y su anchura llega a alcanzar los 200 kilómetros. Una comparación basta para darnos cuenta de su verdadera magnitud: su superficie es aproximadamente 50 veces mayor que la del Gran Cañón del Colorado, y si comparamos volúmenes el factor se incrementa a unos 300. Extraordinario, sobre todo si tenemos en cuanta que la superficie de la Tierra es unas 3.5 veces la de su hermanastro. De hecho, tal vez la justa comparación con el Valles Marineris se encuentre en los fondos de los océanos terrestres, en la separación entre las placas tectónicas, en las dorsales oceánicas.
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