Para demostrar la pasion que despertaba Julio Sosa, transcribo los detalles de las muestras de cariño realizadas al momento de partir hacia la inmortalidad, luego del accidente a bordo de su auto DKW Fissore.
El conocimiento de la muerte de Julio Sosa, aquella mañana del 26 de noviembre de 1964, produjo dolor y desconcierto. Tambien, por una macabra coincidencia, la quiebra de los pequeños capitalistas de juego de los barrios. Se dio el 38 en la quiniela. Sosa tenia 38 años y en 38 terminaba el numero de la patente de auto con el que se mato.La difusion de la noticia se demoro una hora porque no se encontraba un lugar para el velatorio.
SADAIC nego su sede porque el cantor no era Socio, un estricto respeto a los estatutos que provoco la ira de muchos de sus asociados. El mas indignado de todos fue Anibal Troilo. "Hay acontecimientos que superan los reglamentos", sostenia con razon. La solucion la dio Pedro Pablo Panigatti, concecionario del salon La Argentina, de Rodriguez Peña 361, el mas tanguero de los locales bailables del centro de Buenos Aires. A las 16; y en el medio de la habitual pista se habilito la capilla ardiente. Ya habia colas de porteños que desbordaban Rodriguez PEña por la avenida Corrientes y por Sarmiento. Tres horas mas tarde se hizo imposible
controlar el orden. A las 20 la multitud era compacta y pugnaba por entrar a la fuerza, presionando sobre la doble puerta de acceso.
A las 20.15 una avalancha rompio el cordon policial y se zambullo en el interior. Se quebraron vidrios, muchas personas cayeron al suelo y fueron pisoteadas. Hubo que improvisar una sala de primeros auxilios.
A las 22 la lucha ya era en la calle, entre el publico y la policia. Adentro del local, Alberto Marino, Edmundo Rivero, Alberto Podesta, Susy Leiva, Roberto Rufino, Armando Laborde hacian una guardia de honor de cantores alrededor del feretro de Julio Sosa. Afuera la gente, que solo queria darle su adios a Julio peleaba con la policia.
A las 2 de la madrugada Troilo, D'Arienzo y el diputado radical Reynaldo Elena solicitaron a Tito Lecture la cesion del Luna Park para seguir velando a Sosa. Rapidamente se organizo un grupo de voluntarios y el cuerpo fue trasladado en una ambulancia.
Corrientes abajo fue la gente tras su idolo. El traslado a Chacarita esta previsto
para las 15.
Doscientas Mil Personas hicieron que fueran necesarias seis horas y cinco minutos para recorrer la calle Corrientes de punta a punta! Mientras el cuerop de Julio Sosa era depositado provisionalmente en el deposito nro.7 -por lo desusado de la hora-la policia, a fuerza de machete y gases, impidio que el publico ingresara en el cementerio. Al dia siguiente, los restos del cantor fueron trasladados, ahora si, al Panteon de SADAIC y los diarios ofrecian detalles del impresionante entierro: setenta personas atendidas en ambulancias de la Asistencia Publica, victimas de desmayos por falta de aire o crisis emotiva, cuatro personas detenidas y ocho policias -un oficial y siete agentes- heridos.
Que habia pasado? Ese dia, Buenos Aires se detuvo de pronto, como si algo le faltara para seguir el camino de todos los dias. Le faltaba su cantor.
El doctor Raul Matera encontro esta explicación: "Estuvimos frente a un claro fenomeno psicosocial. En la Argentina de nuestro tiempo hay vacancia de figuras señeras, de personalidades fuertes,de hombres que pueden traducir, politicamente hablando, toda la fe y toda la esperanza de un pueble anhelante. Alguien tenia que llenar el vacio. Alguien o algo tiene que servir de escape".
Metido en su universo de tango y tangueros, Anibal Troilo dio otra interpretacion, mucho mas simple y sentida.
-Vos te crees que el que se fue era Sosa?...No viejo!! Nos fuimos, un poco, todos.
Fuente: Tango de Colleccion (Clarin - Nro: 8)
El conocimiento de la muerte de Julio Sosa, aquella mañana del 26 de noviembre de 1964, produjo dolor y desconcierto. Tambien, por una macabra coincidencia, la quiebra de los pequeños capitalistas de juego de los barrios. Se dio el 38 en la quiniela. Sosa tenia 38 años y en 38 terminaba el numero de la patente de auto con el que se mato.La difusion de la noticia se demoro una hora porque no se encontraba un lugar para el velatorio.
SADAIC nego su sede porque el cantor no era Socio, un estricto respeto a los estatutos que provoco la ira de muchos de sus asociados. El mas indignado de todos fue Anibal Troilo. "Hay acontecimientos que superan los reglamentos", sostenia con razon. La solucion la dio Pedro Pablo Panigatti, concecionario del salon La Argentina, de Rodriguez Peña 361, el mas tanguero de los locales bailables del centro de Buenos Aires. A las 16; y en el medio de la habitual pista se habilito la capilla ardiente. Ya habia colas de porteños que desbordaban Rodriguez PEña por la avenida Corrientes y por Sarmiento. Tres horas mas tarde se hizo imposible
controlar el orden. A las 20 la multitud era compacta y pugnaba por entrar a la fuerza, presionando sobre la doble puerta de acceso.
A las 20.15 una avalancha rompio el cordon policial y se zambullo en el interior. Se quebraron vidrios, muchas personas cayeron al suelo y fueron pisoteadas. Hubo que improvisar una sala de primeros auxilios.
A las 22 la lucha ya era en la calle, entre el publico y la policia. Adentro del local, Alberto Marino, Edmundo Rivero, Alberto Podesta, Susy Leiva, Roberto Rufino, Armando Laborde hacian una guardia de honor de cantores alrededor del feretro de Julio Sosa. Afuera la gente, que solo queria darle su adios a Julio peleaba con la policia.
A las 2 de la madrugada Troilo, D'Arienzo y el diputado radical Reynaldo Elena solicitaron a Tito Lecture la cesion del Luna Park para seguir velando a Sosa. Rapidamente se organizo un grupo de voluntarios y el cuerpo fue trasladado en una ambulancia.
Corrientes abajo fue la gente tras su idolo. El traslado a Chacarita esta previsto
para las 15.
Doscientas Mil Personas hicieron que fueran necesarias seis horas y cinco minutos para recorrer la calle Corrientes de punta a punta! Mientras el cuerop de Julio Sosa era depositado provisionalmente en el deposito nro.7 -por lo desusado de la hora-la policia, a fuerza de machete y gases, impidio que el publico ingresara en el cementerio. Al dia siguiente, los restos del cantor fueron trasladados, ahora si, al Panteon de SADAIC y los diarios ofrecian detalles del impresionante entierro: setenta personas atendidas en ambulancias de la Asistencia Publica, victimas de desmayos por falta de aire o crisis emotiva, cuatro personas detenidas y ocho policias -un oficial y siete agentes- heridos.
Que habia pasado? Ese dia, Buenos Aires se detuvo de pronto, como si algo le faltara para seguir el camino de todos los dias. Le faltaba su cantor.
El doctor Raul Matera encontro esta explicación: "Estuvimos frente a un claro fenomeno psicosocial. En la Argentina de nuestro tiempo hay vacancia de figuras señeras, de personalidades fuertes,de hombres que pueden traducir, politicamente hablando, toda la fe y toda la esperanza de un pueble anhelante. Alguien tenia que llenar el vacio. Alguien o algo tiene que servir de escape".
Metido en su universo de tango y tangueros, Anibal Troilo dio otra interpretacion, mucho mas simple y sentida.
-Vos te crees que el que se fue era Sosa?...No viejo!! Nos fuimos, un poco, todos.
Fuente: Tango de Colleccion (Clarin - Nro: 8)
Comentarios