Los viajes en el tiempo despiertan la curiosidad de todos nosotros. No solo por que resulta sumamente complicado entender los mecanismos implicados en un viaje de este tipo, sino por la gran cantidad de paradojas que plantea su existencia. Sin embargo, y a pesar de lo que mucha gente cree, no existe una imposibilidad matemática para efectuar un desplazamiento temporal. Si no hemos construido una maquina para viajar en el tiempo es solo por que no sabemos como hacerla, y no por que sea imposible de realizar.
Pero esta situación podría llegar a su fin, y los viajes en el tiempo dejarían de ser un argumento de escritores de ciencia ficción para convertirse en una realidad científica, en mayo de este año. Es más, la maquina que permitiría este tipo de viajes ya esta lista, y la conoces: se trata del Large Hadron Collider (Gran Colisionador de Hadrones o LHC), construida por el CERN al noroeste de Ginebra, en la frontera entre Francia y Suiza.
Según los matemáticos rusos Irina Aref'eva e Igor Volovich, ambos pertenecientes al Instituto Matemático Steklov, la puesta en marcha del LHC en el próximo mayo podría abrir una puerta que permita los viajes en el tiempo. El LHC es una maquina muy compleja, de hecho se trata del proyecto de cooperación científico más grande del mundo, del que participan más de 2.000 físicos provenientes de 34 países. Ciertamente, al proyecto no falta materia gris.
"Las colisiones protón- protón dentro del LHC podrían dar lugar a la formación de máquinas del tiempo que violan la causalidad", explican en su trabajo Irina Aref'eva e Igor Volovich. De acuerdo, esto es técnicamente, esto es una maquina para viajar en el tiempo. Pero el tamaño de lo que podrá atravesar esas regiones del espacio-tiempo tan particulares creadas por el LHC se limita a partículas quánticas.
El LHC acelera partículas hasta cerca de la velocidad de la luz, y las hace colisionar entre si. Esto permite recrear las condiciones que existían en el instante en el que se produjo el Big Bang. Los matemáticos rusos han calculado que la energía liberada durante estos choques podría ser de una magnitud tal, que podría llegar a afectar el tejido del Universo, generando “ondulaciones” propicias para que se produzca un "agujero de gusano".
Este tipo de agujero puede conectar un instante de tiempo con otro. Son conocidos por los físicos como “puente de Einstein-Rosen”, y es una característica topológica hipotética del espacio-tiempo, que se desprende de las ecuaciones de la relatividad general y conectan una región del espacio-tiempo con otra.
El tamaño de esos agujeros es sumamente pequeño, pero según los matemáticos podrían ser lo suficientemente grandes para que el LHC se convierta en la primer maquina del tiempo de la historia. Queda por delante el desafío de detectar las partículas que surjan a través de estos agujeros de gusano.
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