Marcus Johnson lo hizo. Atravesó con su coche el edificio del Ayuntamiento de Wichita (Kansas). Entró por el ala este y, siguiendo en línea recta, salió por el oeste. Sin importar lo que hubiese por en su camino.
Eso sí, la «gracia» le ha costado 10 años de prisión.
En este vídeo puedes verlo desde distintas cámaras de seguridad.